sábado

Un jardín de palabras


A veces pasa que me podés encontrar sentada en el jardín, inmersa en un mundo de papel. De esos que si se mojan con lágrimas es un peligro. Se corre la tinta y se arrugan las hojas. Y después no sirve más.
Pero claro, me invento ese mundo fantástico donde lo pasado por agua es maravilloso. Donde un pincel cargado que va perdiendo su color diluyéndose con el líquido resulta fantástico. Un mundo de contrastes.
Donde prefiero plantar jazmines y menta para creer en la felicidad. Esa misma que te da tanto miedo a veces, porque todo alrededor comienza a deshilacharse. La ropa se agujerea, desnuda los sentimientos que por más que trates y trates no podés ocultar. Se te escapa por la boca. Se te cae de las manos.
Entonces hablo de lunas, de viento, de globos, de vidrios, de alas, de café frío, de paseos inventados, de manos…
Cualquiera se da cuenta.

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