viernes

Imposibilidades


Es un desastre. Te lo dije no sé cuántas veces. Repeticiones mecánicas, espiraladas y bien lubricadas, porque últimamente dale que va con esta historieta.
Últimamente parece que tu pasatiempo favorito es ver-pasar-el-tiempo, dándole al significado de la palabra el liderazgo absoluto, le hacés honores al término.
Te vas a aburrir, y sabés como terminan estas cosas, en el silón amarillo de la casa chorizo en Lanús, llorando y pidiendo pañuelos porque no sabés cómo salir de ahí.
Acá todo está deshilachado, del otro lado la voz se acelera con cada pulso, el frío del silencio monosilábico indica que algo anda mal, que no puede ser, que te entiendo, y que le vas a hacer, tratá de tranquilizarte. Una vez más el refugio de los dedos en papeles que se queman, en camas demasiado grandes cuando las cosas salen asi de redondas, es decir como no las quería. (Contrario a lo que dice la mayoría)
Parece que agosto se apuró otra vez, que el frío siempre arruina las cosas y dicen que no va a nevar, una lástima realmente. Parece que los viernes nos vienen escupiendo la cara desde hace tiempo ya, que si no es por esto es por lo otro, y asi uno va tachando más días en el calendario.
Y últimamente las horas se apuran por llegar antes que la luna, no hay más noches de ventana y aroma a glicinas en las manos porque la rueda te muerde los pies temprano. Porque es una constante elección entre el deber y el querer, y hay veces que te confundís. Asi es como va faltando el aire, asi es como las calles se hacen eternas agonías, mientras sé que estás allá y yo acá. Así es como esta lluvia retinal me va ahogando mientras los pelos se enredan y luchan salvajemente por liberar esta lengua adormecida. Asi es como pasa otro viernes para nada, para lamentarse por el tiempo que se aguó, para estrellarme la cabeza llena de batallas, para ir a dormir sintiendo este abismo en la garganta echando color azul en el fondo de las grutas.