lunes

Retazo de alma


Daniela se ponía a preguntar, guiándose por los colores y las formas. Era insensato querer explicarle algo a Daniela. Para gentes como ella el misterio empezaba precisamente con la explicación. Daniela oía hablar de inmanencia y trascendencia y abría unos ojos preciosos. Unos pocos se daban cuenta de que Daniela se asomaba a cada rato a esas grandes terrazas sin tiempo que todos ellos buscaban dialécticamente.Puede vivir en el desorden sin que ninguna conciencia de orden la retenga. Ese desorden que es un orden misterioso, esa bohemia del cuerpo y el alma que le abre de par en par las verdaderas puertas.
Cuando tiene miedo se tapa los oídos. Cuando está feliz canta y baila. Se pasa la vida descalza. Para ella cada persona y cada día tienen colores que se transforman. Le cuesta dormir, pero cuando lo logra pasa horas y horas en la cama.
Daniela sin querer busca. Abre cajones y los cierra. Pierde hilos verdes por cualquier lugar. Y si no los pierde los guarda en bolsillos ajenos.
No entiende nada de matemáticas ni de habladurías exactas. Llora con facilidad, pero ríe aún más.

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