La luna
se asomó por detrás de las sierras, despertando de una larga siesta, con
lagañas en los ojos.
El murmullo de los árboles que se agitan y sus miles de
hojitas se dejan seducir por el suave tacto de la brisa.
Si
cierro los ojos parece lluvia que cae deliciosamente en un estanque.
En el
medio de este todo sólo se escucha el croer de los sapos, el canto de noche
profunda de los grillos. Apenas unas lucecitas entre amarillentas y verdosas de
los bichitos de luz marcan el camino.
Así,
con este infinito de felicidad y de soledad. Así es mi lugar actual.
1 comentario:
Este es un poema muy sentido, muy desprovisto de florituras, de cosas extras. Es rústico y eso lo hace especial. Muy bueno.
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