El momento, el ahora, el instante que dura.
Sentirme ajena, extraña, coraza.
El olvido de tu lado. El recuerdo del mío.
La soledad que llevo a cuestas, el deseo del
desprendimiento. La necesidad de la disociación, de frenar la cabeza.
No estar en ningún lado, porque no tolero el refugio propio.
Esquivar mis caricias, cerrar los ojos cuando te atraviesa
una mirada, congelarte las venas con un roce.
Vivir el idilio fugaz, tanto así que te ensucia las manos y
te quema los pies.
Aspirar una galaxia entera en el preciso instante que pasa
un tren, lleno de personas, ventanas y luces blancas, y sentirte a gusto porque
vos no estás ahí.
Querer cansarte de la desconfianza, pero demostrarte una y
otra vez que es lo único real que encontrás por todos los rincones.
Por eso estás como estás.
1 comentario:
"Querer cansarte de la desconfianza, pero demostrarte una y otra vez que es lo único real que encontrás por todos los rincones."
No estoy muy seguro qué demuestra esta frase. Por su simpleza expresa algo que quizás habría que analizar.
De cualquier manera, ánimo!
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