miércoles

Cuca Rachas


Estoy decidida a enfrentar el terror que me dan esos bichos con patas de color marrón rojizo con alas. Pocos pueden entender mi parálisis frente a las cucarachas. Trabajo en un lugar próximo a un sótano, por ende cuando hace calor o cuando se aproxima la lluvia salen correteando libremente. Cada mañana abro la puerta en la oscuridad temiendo que alguna pasé por encima de mis pies, por eso pego un salto hasta la llave de luz que está encima de la heladera. Después de dos años de estar acá todos los días todavía no sé que tecla enciende qué luz, así que prendo todo y que sea lo que sea, sin querer ver el suelo, porque puede pasar también que me lleve la sorpresa de haber pisado alguna, o que la pobrecita ya esté patas para arriba y andá a saber qué después de eso.
Cuando algo me da miedo me tapo los oídos, me pasa que los ruidos se fijan más en mi cabeza, o desarman más situaciones que una imagen. Por eso no puedo escuchar pero si ver. Entonces cuando veo una cucaracha me tapo los oídos, lo mismo me pasa con las arañas, ojo.
Así con los oídos tapados busco el aerosol asesino, claro que para eso necesito una mano al menos, entonces inclino la cabeza hasta que mi hombro sea el suplente de la mano, realmente es toda una práctica de elongación el enfrentar mis temores. Pero en este lugar, esta oficina paupérrima no hay nada.
Como dije anteriormente el ruidito me molesta, me bloquea, me produce escalofríos, entonces es imposible para mí sacarme un zapato y estampárselo contra ella.
Hoy por ejemplo llegué y vi una, grande, horrible. Me dije, está afuera, no hay chances de que puede entrar, resulta que la muy turra lo hizo y anda dando vueltas por acá. Mi primer reacción, siempre fiel al acto reflejo más significativo en mi, fue el abstraerme del sonido ambiente, me hace reír esto ahora ya que una simple cucarachita (método de auto defensa, minimizar al problema) no hace nada de ruido. Luego me senté sin que mis piernas tocaran el piso, y a cada rato giro la cabeza buscándola (histeria pura) he llegado a hablarle, a pedirle por favor que se vaya, que no quiero matarla pero que me da muchísimo miedo y asco que esté caminando por acá. Hace un rato nomás la vi salir de la rejilla, rengueaba un poco y creí que su fin estaba próximo pero me equivoqué, creo que lo está haciendo a propósito, creo que se está riendo de mí a mis espaldas.
Mentí, dije que estaba decidida a enfrentar este temor, muy bien, no lo estoy. Aparte, cómo los enfrento, ¿matándola? No lo creo. Como es más fácil esquivar el problema a enfrentarlo por las dudas voy a comprar un Raid y tenerlo a mano siempre…

2 comentarios:

Ignacio Vanini dijo...

Yo tenía miedo a las arañas. Con el tiempo, aprendí a restarles importancia, al punto de no cruzármelas casi. Y si lo hago, casi que les digo "qué hacés, che" y sigo caminando.
Igualmente, creo que una buena manera de evadirlas, es por medio de la suplencia. Empezá a preocuparte más por las abejas, qué se yo, y dsps hasta quizás les tomás cariño a esos bichos horribles (las cucarachas).

PD: ¿Puede la inspiración ser un bicho? ¿Nuestro mayor miedo?

Maku dijo...

Lo peor de todo es el ruido q hacen cuando las pisas y el jugo q les sale de adentro aghhhhhhh.. desagradable de solo imaginarlo...


Bueno Danielita.. un muy pero muy buen 2010 para vos tambien que te lo mereces, q venga cargado de colores, formas, cotillon y golosinas varias.