miércoles

Nada de nadie


Debe ser que en estas latitudes el tiempo se estancó, debe ser que mi temperatura cerebral genera mares pegajosos donde es difícil palpar formas reales.
Me gana este dolor, me dobla la garganta y revientan los cristales de mis dedos. Espero no cruzarte en este espacio.
Detesto este ovillo viscoso en los surcos cerebrales, me asfixio en el aire que exhalas. ¿Para qué buscarnos ficticiamente? si el encuentro nunca se va a concretar, es miércoles por favor! Las excusas moribundas de redes doradas no te van a salvar esta vez, si sabemos que es un carnaval patético. No puedo filtrar, no sé ni me interesa aprender a hacerlo. Hoy no tengo ganas, mañana seguramente tampoco. Ojo por ojo y nos quedamos ciegos, pero si ya lo estamos no hay nada que perder.
Una entrega total al sufrimiento, como siempre. No aprendés más Daniela. Una vuelta más en esta ronda de manos enguantadas.
¿Cómo se hace cuando la distancia es tal que agujerea la noche? Camino descalza entre cuerdas mojadas, entre cuadrículas que oprimen. Llorando cables que ato con cuidado esperando pájaros que se posen y traigan noticias tuyas.
Acá no existe el azar. Por eso quedamos para el mismo día a la misma hora. Pero me voy cansando de esto.

1 comentario:

Maku dijo...

Quien es la hermosura a la que Belmondo le acaricia el cabello??