jueves

En un cajón

Pienso en la fragilidad. En el tiempo que sobra, en la piel que se desprende. Pienso también en la soledad, en la insoportable carga de la existencia sobre las espaldas. En las hojas amarillas con olor nauseabundo a humedad y segundos muertos. Pienso en la lentitud, en olvidar todo. En los ojos vidriosos de mares despejados y cielos podridos. En la colisión de los centímetros que nos distancian, a veces eternos. En la incomprensión de ideas. En las vocales que se mezclan en una bolsa agujereada, en las palabras que se pierden por los caños del baño. En los platos sucios tantas veces lavados para nada. Pienso en caminatas absurdas, demasiado lentas para esta vorágine de azulejos repetidos. En todas las veces que apagaron el despertador a la misma hora durante siglos y ahora ya es costumbre hasta que lo apaguen por una ultima vez. En todas las plantas que viste morir alrededor, en las eternas idas, jamás venidas. Pienso en ciclos, en círculos. Que hoy estás acá, donde mucho tiempo atrás también estuviste, donde mucho tiempo después yo quizás también esté. Pienso en el miedo de olvidar, en la molestia de mi presencia. Repudio a tu única compañía, los cronogramas inútiles solo para sentirte útil. Pienso que detesto a los sienten lástima por tu manera de andar, que no comprender tu lenguaje corporal. Tu sentencia de muerte con los cables, pero tu adoración por las pastillitas milagrosas. La evocación recurrente a lo superior, asi te vas preparando para algo mejor, que queda poco tiempo y mañana sabe dios si voy a estar. Pienso en el desgaste, en el viento que borra tus huellas, los sentidos, los recuerdos. En las lluvias que mojan la realidad, en lo que se vuelve intangible, en lo que desaparece de un instante a otro. Pienso en respiraciones que arden, en parpadeos con miedo. En las privaciones declaradas en recetas del ser superior, en la vida tranquila que roza con sus sedas el borde del aburrimiento. En lo monótono de las horas, en la libertad falsa que te prometiste. Pienso que seducís todas las noches a las sombras, perfumándote de violetas para que te vengan a buscar y te lleven a pasear.

1 comentario:

Huellas dijo...

...cuando huelo a ignorada, y parezco a un libro viejo y lleno de polvo, leido y releido. cuando no estoy segura de ser esa mujer que el necesita, cuando realmente me doy cuenta que no nos necesitamos. el tiempo logra que cualquier guion de ficcion no logra, acomodar o incomodar, encender o apagar, renacer o lentamente dejarnos morir. los finales se parece al principio, y cada principio parace jugar con ironias y esperanzas, pronosticando algo nuevo, unico, especial...
el oraculo es tramposo,nunca avisa si hemos de caer..nunca si hemos de perder y cuanto. solo estamos solos para averiguarlo. Hemos de decidir: arriesgar a sentir y matar. o escondernos acurrucados tras las dudas...

divagando en tus letras amiga! como estas?