A veces no sé cómo te labura la cabeza, Daniela. Esos abismos que posees, los cortes abruptos, la vida sin matices. O blanco o negro, y asi no sirve. Aprendé a filtrar, haceme el favor. Aprendé a encontrarte, porque te perdiste por ahí. ¿Cuánto más te va a perseguir el catorce? Para qué volver a contar si son sólo números. Además no sabes multiplicar, ni dividir. Das lastima con esos dedos. La dialéctica cerebral te va a terminar devorando. Y vos dale que va, otro y otro más. Por las dudas, por si acaso. ¿Por qué te olvidaste los vidrios de colores, los boletos en los bolsillos, los caramelos en las veredas, los viajes eternos? Ahora las fobias te ahogan.
Tanto miedo, Daniela, tanto miedo.